Siempre vamos a contar esta historia igual. Este proyecto nos encontró. Apareció y cuando lo tuvimos en frente, no había manera de decirle que no. Y allá fuimos.
Un pequeño garaje muy en bruto, adentro de una galería, nos esperaba para convertirlo en el patio de una casa de Córdoba, Argentina, donde nacimos y crecimos. Horas eternas de meriendas y mate, pastelería casera recién hecha, tostadas, un buen café y ambiente amigable, que de verdad te invite a quedarte. Suena cliché, porque últimamente todo es tiempo y cómo aprovecharlo. Pero nuestra ilusión desde el comienzo fue esa, detenerlo. Parar un cachito para poder seguir después.
Este 2025 trajo mucha incertidumbre y un nuevo desafío. Pasamos del garaje a un local de dos plantas en ruinas. Es evidente que nos van los retos grandes.
Este otoño la cafetería se convierte en CANTINA. Si antes eran meriendas, ahora serán los domingos de ñoquis caseros o de asado en lo de tus abuelos, con algo de música en vivo. Un espacio enorme donde reunirte con amigos y sentirte en CASA, pero de verdad.